Existen personas obsesionadas con los gatos, pero en este momento solo vamos a hablar sobre los egipcios. Los egipcios eran unos tipos serios, obsesionados con la muerte, muy pocos dados a las bromitas y a las tonterías. A los egipcios les gustaban los gatos, pero no iban por ahí persiguiéndolos y malgastando papiros con retratos de ellos en posturas monas. Cuando a los egipcios les gustaba algo, les gustaba de manera seria y formal, y lo enterraban. Momificar para ellos era su instagram particular.
Bastet era la diosa egipcia con cabeza de felino, también existen las necrópolis de gatos en Bubastis, la ciudad consagrada a la diosa. Pero lo que sin duda le hará reflexionar es que, según Heródoto, los egipcios podían ser ejecutados por infringir daño a un gato, y cuando uno de estos animales moría, se afeitaban las cejas en señal de luto.
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